Mi ancla no ha tocado fondo
y no quiero que lo haga,
el mar tiene mucho por donde navegar
hasta el infinito horizonte quiero llegar.
La inmensidad del mar me seduce,
genera en mi respeto y curiosidad
sin embargo, con cuidado hay que viajar
pues una marea alta de improvisto puede llegar.
Aprovechando la brisa y el buen tiempo
mi navío grandes distancias recorre,
decido a que destino quiero zarpar
izando la bandera de la felicidad.
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